Pez Rape

En general, su cabeza es muy ancha y el cuerpo aplanado se estrecha hacia la cola. La boca tiene forma de media luna y alberga unos afiladísimos dientes translúcidos conformados hacia adentro. El cuerpo suele ser color marrón o gris oscuro con la piel rugosa, áspera y sin escamas.

Los huesos de este pez son delgados y flexibles, lo que le permite abrir el hocico grandemente. Tiene espinas largas sobre la cabeza entre los ojos. En cuanto a las aletas, las dorsales y ventrales están situadas en el reverso de la cola, y las 2 grandes aletas pectorales tienen hendiduras branquiales detrás de ellas. Algunas especies tienen las aletas modificadas, y pueden caminar sobre la arena en el lecho marino.

El tamaño oscila entre 20 centímetros y 1 metro de longitud mientras que el peso es de unos 27-45 kilogramos. Un signo distintivo del pez rape es el trozo de espina dorsal que sobresale por encima del hocico y que utiliza como señuelo o cebo para atraer a sus presas. En las hembras de algunas especies de pez rape el señuelo tiene un órgano luminoso; esta luminiscencia se debe a las bacterias simbióticas que habitan en dicho órgano.

Existen más de 300 especies de pez rape distribuidas alrededor de todo el mundo pero la mayoría se encuentra en el océano Atlántico y en la Antártida. Habitan las profundidades marinas hasta 1,609 metros por debajo de la superficie pero unas pocas especies viven en aguas tropicales poco profundas. El pez rape tiene que soportar un ambiente poco adecuado para la mayoría de las especies marinas, caracterizado básicamente por la poca o nula luz solar.

Pez solitario que ha desarrollado una relación simbiótica con las bacterias que habitan alrededor de su órgano luminoso pues mientras el pez se beneficia de la luz, las bacterias son capaces de sintetizar los elementos químicos necesarios para emitir luminiscencia.

Alejadas del cuerpo del pez rape es imposible. Un aspecto curioso sobre este pez es el hecho de la fusión entre machos y hembras. El macho suele ser más pequeño que la hembra, y en ocasiones se convierte en compañero parasitario de ella.

Cuando un pez rape joven o incapaz de nadar se encuentra con una hembra, puede aferrársele con los dientes. Al pasar el tiempo se fusiona físicamente a ella conectándose con su piel y su circulación sanguínea, pierde los ojos y los órganos internos con excepción de los reproductores. Así, no es raro que una hembra tenga 6 o más machos fusionados a su cuerpo.

Los peces rape son carnívoros y se alimentan de otras especies de peces que atraen con el señuelo luminiscente. Cuando una presa hace contacto con el cebo, el rape abre rápidamente el hocico y devora su comida. Puede abrir tanto el hocico que es capaz de tragar presas que le doblan el tamaño.

Para estos peces es realmente problemático encontrar una pareja con quien aparearse, y por supuesto que no se debe a su aspecto. Los encuentros entre rapes son raros, por lo que se reproducen de una manera inusual. El macho vive con el único fin de reproducirse y al encontrar a una hembra no duda en fusionarse a ella convirtiéndose así en parásito a cambio de esperma para su pareja.

No todos los peces rape se reproducen así. Otras especies mantienen un apego sexual temporal sin fusionar sus tejidos. De cualquier manera, la hembra desova en el mar sobre una capa gelatinosa y transparente que mide aproximadamente 25 centímetros de ancho y 10 metros de largo. Cada huevo flota en una cámara individual que tiene aberturas para que el agua circule dentro. Cuando los huevos eclosionan salen miles de larvas con aletas pélvicas alargadas, con forma de filamentos.

Algunas especies de pez rape están más amenazadas por el ser humano que otras, pues aun cuando el físico del pez no incita a su degustación, son comunes los platillos elaborados con su carne y en países como Japón y Corea son considerados un manjar. Por ejemplo, el pez rape americano (Lophius americanus) y el pez rape de vientre negro están incluidos en la Lista Roja de Especies Pesqueras de Greenpeace, que indica los peces vendidos en todo el mundo con una alta probabilidad de provenir de pesquerías insostenibles.

No hay que olvidar las amenazas de su entorno natural. Durante el fenómeno El Niño nadan hacia la superficie y posteriormente se ve flotando una gran cantidad de peces muertos.

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